Joaquín Giménez, magistrado emérito del Tribunal Supremo español, critica «la obscenidad presente» en relación a la renovación del Consejo General del Poder Judicial y defiende que se vuelva al sistema de elección de 1985. No comparte la afirmación de que la justicia española se encuentra en entredicho y afirma que «siempre se magnifican las cosas». Sobre la conexión entre el poder ejecutivo y el judicial, Giménez considera que «la voracidad del poder político trata de controlarlo todo» y añade que «el intento de controlar la Sala Segunda ha sido permanente de cualquier ejecutivo y la razón son los aforamientos».