Tras la última decisión judicial, el navarro afirma que «no hay investigaciones reales y efectivas para aclarar los delitos de tortura». Tiene claro que «la tortura ha sido una herramienta fundamental del régimen del 78 para intentar mantener el status quo en Euskal Herria» y añade que «han estado implicados los principales partidos políticos del régimen, los jueces, la judicatura en general, médicos forenses y también la mayoría de los medios de comunicación».