Carlos Aznarez

Colombia en la encrucijada

Con el fondo de acuerdos de paz que no se cumplen por parte del gobierno de Juan Manuel Santos, amenazas de muerte y asesinatos periódicos de líderes y lideresas sociales, se realizaron las elecciones legislativas e interpartidarias en Colombia. En realidad estos comicios son el filtro para saber quiénes realmente están en condiciones de participar en la votación presidencial a celebrares en mayo.

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Colombia en la encrucijada

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Carlos Aznarez
Carlos Aznarez

Los resultados no son nada halagüeños para la izquierda ya que la derecha representada esencialmente por el cachorro de Alvaro Uribe, Ivan Duque dobló en votos a la lista de centro izquierda de Gustavo Petro, ex alcalde de Bogotá. Casi 6 millones de Duque y otros dos candidatos contra poco más de 3 millones de Petro y Carlos Caicedo. Por otro lado la abstención fue alta Y en lo que hace a votos nulos y en blanco se sumaron 2.750.000.

Es que una importante franja de la población, sobre todo de los territorios donde la guerra y la represión se hizo sentir con fuerza están más que desilusionados por una paz que no llega nunca y por la falta de cumplimiento por parte del gobierno de sus reivindicaciones.  Por su parte, las FARC cometieron el gran error de participar en una elección que no tenia nada para ganar y sí el riesgo, como ha ocurrido, de quedar expuestas a una mala elección. Solo 52 mil votos hablan a las claras de que la sociedad colombiana no valora el enorme aporte de lucha de más de medio siglo realizado por la insurgencia.

Ahora, todos los ojos miran a mayo y se hacen apuestas de las posibilidades que podrían tener tanto Duque como Petro, de ser ellos los que pasen a una segunda vuelta. El uribismo pesa aun con mucha fuerza, de hecho el ultra Uribe (ex presidente de un narco-estado y gran amigo de los paramilitares)fue el senador con más votos en la historia del continente. Si ganara Duque, su candidato, lo poco que queda de los acuerdos de paz se iría al garete. Lo mismo ocurriría con los temas sociales, ya que Uribe es un hombre que solo cree en la fuerza militar y eso es lo que usa para aplicar a quienes luchan en las calles por sus derechos.

En conclusión: Colombia está otra vez en una encrucijada en que la paz es más una fórmula abstracta que esa realidad por la que tanto se bregó en los últimos años. Con las FARC sin armas y optando por una vía, la política, que no le ha otorgado muchos halagos, el ELN buscando una mesa de paz que se le niega y las organizaciones sociales contagiados de cierta desmovilización, el panorama pinta difícil para evitar que otra vuelta de tuerca de la derecha se haga con el país. Todos vaticinan que si sucede eso la represión crecerá aun más contra los sectores populares y la izquierda en general.