Txema Olleta

Por una escuela coeducativa de verdad

Hace ya muchos años que los estados modernos consideraron la necesidad de que hombres y mujeres se educaran juntos en la escuela, que compartieran pupitre codo con codo en las mismas aulas pues ello era signo del desarrollo sociopolítico de un país.

Esto ha supuesto un gran avance, pero ¿significa que la igualdad de género, como principio democrático irrenunciable, está instalada en la escuela mixta como parte del currículo?

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Por una escuela coeducativa de verdad

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Talaiatik Txema Olleta
Talaiatik Txema Olleta

Yo creo que queda mucho camino por recorrer para ello. Más allá de algunos más que meritorios esfuerzos realizados de manera individual en algunos centros escolares, la escuela mixta carece de currículo y programación sistemática que desarrolle el principio de la igualdad entre mujeres y hombres. La enseñanza de la igualdad debería ser el pilar en el que se asentaran los derechos humanos como forma de convivencia entre sexos y donde se rechazaran el abuso y la violencia como formas de relación. La escuela coeducativa sería garantía de respeto, de solidaridad, de reconocimiento mutuo de los saberes y haceres históricos de mujeres y hombres.

Tenemos que decir sí a una escuela coeducativa, que tenga como objetivo superar la misoginia, el sexismo, los mandatos de género, tan nocivos para ambos sexos y que trate de construir un horizonte de vida común no enfrentada, en el que hombres y mujeres naveguemos hacia una sociedad más justa, solidaria y amorosa, compartiendo igualdad y relaciones horizontales.

No hace falta inventarse nada nuevo. Hay infinidad de propuestas y se están haciendo muchas cosas, como digo, siempre gracias al esfuerzo individual de algunos centros educativos y su profesorado, pero necesitamos institucionalizar este trabajo y hacer de la coeducación algo transversal e integrado con el resto del curriculo educativo. Y para ello, estas son algunas de las muchas propuestas posibles:


    •    Promover la revisión de los libros de texto: lenguaje sexista, contenidos, tratamiento sexista de los mismos, etc.
    •    Incluir en el Plan de Centro, un Plan de Coeducación y colaborar con él. Desarrollar Proyectos de Coeducación.
    •    Prestar atención a la organización de la escuela, del aula y a las relaciones que se produzcan entre el profesorado y el alumnado.
    •    Establecer planes de trabajos (AMPAS y Consejos Escolares) para modificar pautas de conductas sexistas en el centro y en las familias.
    •    Prestar atención para que no se perpetúe el lenguaje sexista.
    •    Incentivar junto al profesorado la sensibilización y la formación en temas de género.
    •    Promover formaciones dirigidas a las madres y padres en estos temas.
    •    Apoyar para que se realice una orientación profesional de las alumnas y alumnos, insistiendo en que no se reproduzcan actitudes sexistas.
    •    Incentivar para que se forme en educación afectivo sexual, en el respeto a las diferencias y en la valoración de todos los seres humanos, desarrollando las habilidades sociales necesarias para ello.
    •    Colaborar para que se actúe de manera educativa contra la violencia sexista y contra la violencia escolar y entre jóvenes, realizando estudios y acciones e impulsando que estos temas se incorporen a la vida educativa.

En suma, hay que dejarse de discursos teóricos y pasar a la acción. Nuestros y nuestras adolescentes lo necesitan y esta sociedad, también.