Iratxe Urizar

Honduras

Son titulares secundarios y de pasada, apenas parece que hay altercados más o menos graves en las calles tras un proceso electoral más o menos claro. Parece que se tratara de una falta de acuerdo a la hora del recuento de votos entre el partido del presidente actual, aliado de EEUU, y la oposición.

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Honduras

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iratxe urizar talaiatik
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Pero es que Honduras nunca ha sido noticia. No es una cuestión reciente (desde luego hablamos de los últimos años, no de la situación que se vive estos días) que este país centroamericano es uno de los lugares más peligrosos del planeta, con una media de 14 homicidios por día. Y cuando hablamos de homicidios, no hablamos de las famosas maras hondureñas. Honduras es considerado el lugar más peligroso del planeta para los defensores de la tierra.

La CLOC – Vía Campesina ha denunciado igualmente la grave criminalización que se da a la lucha campesina.  Y es que según denuncia la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (con más de 80 organizaciones de 22 países de América Latina) son más de 5000 los campesinos y campesinas criminalizados y procesados y ascienden a más 200 los asesinados. Las investigaciones por estos crímenes siempre acaban en vía muerta. Los desalojos violentos, destrucción de cultivos y persecución de trabajadores del campo es constante. La lucha que desde este sector se lleva en pos de la soberanía alimentaria y contra la implantación de un modelo neoliberal es perseguida. El asesinato de la activista Berta Cáceres resume la impunidad con la que se mueve todo un sistema que no duda en quitarse de en medio a quien resulte molesto para sus intereses políticos y económicos.

En el año 2016, el Día Internacional del Abogado Perseguido fue dedicado a los abogados y abogadas hondureñas, por la persecución que sufren en ese país los defensores de los derechos humanos. Molestan los que pelean por sus derechos, molestan quienes defienden a quien pelea por sus derechos.

Tras las elecciones, no es el caos el que reina. Es un pueblo que sale a la calle protestando por un pucherazo que apenas ha recibido tibias críticas por parte de los grandes adalides europeos en la defensa de los derechos humanos. Los observadores internacionales en la zona apenas reciben atención. Un pueblo que se enfrenta a toques de queda, gases lacrimógenos y todo un cuerpo especial de élite con entrenamiento estadounidense desplegado por el presidente de su país para tratar de acallar lo que debería ser un escándalo internacional. Pero apenas se lleva unos titulares, que reflejan “confrontaciones tras el proceso electoral” en un país que nunca ha sido noticia.