Iratxe Urizar

"El cuerpo de las mujeres no es un campo de batalla ni médica ni legislativa"

Las últimas semanas hemos asistido estupefactas a las noticias que provenían de Polonia. Mediante ley, el gobierno polaco pretendía prohibir el aborto y criminalizar a las mujeres hasta el punto de posibilitar abrir investigaciones penales en los casos de abortos naturales.

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"El cuerpo de las mujeres no es un campo de batalla ni médica ni legislativa"

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Iratxe Urizar
Iratxe Urizar

La oposición a esta intención llevó a una huelga general de mujeres sin precedentes y finalmente ayer mismo sabíamos que el gobierno polaco se había echado atrás y desistía en su intención de esta reforma legislativa, ante la oposición de su  misma población y ante la presión internacional.

Todo ello me recuerda a la batalla casi personal del entonces ministro de justicia ruiz gallardón por modificar una ley de plazos ya de por sí más que restrictiva. Trató de infantilizar a las mujeres hasta puntos inconcebibles, como ciudadanas de segunda incapaces de decidir sobre sus cuerpos sin la tutoría médica o paterna. Fue también la movilización popular, la movilización de las mujeres (no olvidemos que hasta su colega francesa le pen criticó aquel proyecto de ley) la que acabó con la intención de reforma y con la carrera política de gallardón. Pero aquella lucha nos dejó con la sensación de que pendemos de un hilo y de que vale, aquella batalla se ganó, pero solo hasta la siguiente.

No se trata de la interrupción del embarazo. Se trata de reconocer a las mujeres su derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, nuestra sexualidad y nuestras decisiones en cuanto a materia de reproducción. Que estas decisiones puedan ir acompañadas de un servicio público suficiente para acompañarlas cualesquieras que están sean: desde una protección a las que deciden interrumpir el embarazo hasta una protección para quienes deciden tener hijos en situaciones de desamparo. Comenzando no por la interrupción del embarazo sino en todo lo concerniente a los derechos reproductores. También esta misma semana se publicaba una investigación de la universidad de Copenague relacionando, de manera indudable, el uso de la píldora anticonceptiva con la depresión. Un tema que viene de lejos pero que con este estudio que abarca una investigación de varios años, parece que efectivamente se demuestra. Si bien hasta ahora era una cuestión que ya se daba por hecho, la explicación médica siempre había sido que las mujeres estamos depresivas cuando nos va a bajar la regla, o en el caso de las adolescentes, donde los efectos de esta píldora son devastadores, las depresiones eran debidas a que se les rompía el corazón con facilidad. Toma. Todavía se han demostrado como peores otros métodos anticonceptivos hormonales, todos ellos, claro está, dirigido a las mujeres. El periódico inglés The Guardian recogía la noticia con una frase que robo hoy aquí: las mujeres son fértiles seis días por ciclo menstrual y los hombres son fértiles cada día. Sin embargo, son ellas las que padecen métodos anticonceptivos peligrosos para su salud y en caso de querer interrumpir embarazos no deseados, esa decisión se convierte en un motivo más de demostrar que no somos dueñas de nuestros cuerpos.

El cuerpo de las mujeres no es un campo de batalla ni médica ni legislativa. Si esto no está claro, estamos condenadas a reproducir las luchas de años de nuestras madres y condenando a nuestras hijas a seguir haciéndolo.