Carlos Aznarez

Colombia: hacer la paz no es nada sencillo

Tiene mérito lo logrado por las FARC en primera instancia, al lograr que los poderes fácticos colombianos (desde el gobierno y su ejército hasta la burguesía) se sentaran durante años a exponer posiciones en la Mesa de negociaciones en La Habana.

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Colombia: hacer la paz no es nada sencillo

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Talaiatik Carlos Aznarez
Talaiatik Carlos Aznarez

También es importante haber llegado a Cartagena, tras una Conferencia Guerrillera que les permitió alinear a la propia tropa en el convencimiento de que ahora toca apostar a la vía política. Las explicaciones en ese sentido son múltiples: "el pueblo colombiano no quiere más guerra", "ya no se podía seguir así" y frases parecidas. Sin embargo, todo indica que esta paz que puede comenzar a transitarse desde la finalización del plebiscito no va a ser nada fácil concretarla en el territorio. De hecho no pasó desapercibida la provocación realizada por el ejército y la fuerza aérea colombiana cuando el pasado lunes en la ceremonia de firma de los acuerdos, en momento en que hablaba Timoleón Jiménez, máximo jefe de la insurgencia, dos aviones israelíes (adquiridos por las fuerzas armadas colombianas) aparecieron en el cielo súbitamente y pasaron por las cabezas de todos los presente con un sonido atronador. Timochenko, después de sobresaltarse, lo tomó con ironía señalando que "esta vez, como tantas otras, no venían a bombardearnos".

 
Tampoco es casualidad la actitud del Fiscal General de la Nación exigiendo que antes del plebiscito las FARC deben blanquear "sus dineros" ya que de lo contrario se planteará una interdicción total sobre los mismos.

Y ni qué decir del paramilitarismo que sigue amenazando (y asesinando) militantes populares. Y los desbordes del propio ejército que hace pocas semanas ametrallara una reserva indígena y asesinara a un campesino. Y las nueve bases norteamericanas...y otras tantas piedras colocadas en el camino para que la palabra paz quede de a ratos entre paréntesis. Claro está, que cuando las armas se silencian (las de un solo lado ya que las otras seguirán en actividad) lo que debe reemplazarlas obligatoriamente es una dura confrontación política y en la calle, con quienes, no hay que olvidarlo, siguen siendo los enemigos del pueblo colombiano. Me refiero a esa burguesía que durante años ha sostenido una guerra sin cuartel y sangrienta contra el campesinado, los trabajadores y los estudiantes. Y también entran en esa clasificación sus impulsores, que no viven en Colombia, sino mucho más al norte de ese país, y hablan en inglés.
Lo dicho, hacer la paz no es nada sencillo, pero que hay que intentarlo con vehemencia, no deja lugar a dudas.