En opinión de Pradilla “la victoria de Tsipras ofrece al menos dos lecciones. Por un lado, la escasa fiabilidad de las encuestas, que vaticinaron un resultado ajustado entre la coalición de izquierdas y Nueva Democracia” y la segunda, dice Pradilla, ”la diferencia entre la percepción que la población griega tiene de las decisiones de Tsipras y la visión sobre este que se extiende en otros países en Europa”.