En concreto, estos recortes se traducen en el mantenimiento de los aplicados el pasado 2016: reducción en un tercio en la ayuda para hacer frente al pago de alquileres e hipotecas; en un 17% para los gastos sanitarios no cubiertos por Osakidetza; y un 10% para las necesidades consideradas básicas: alimentación, vestuario o educación, entre otras.