Jesús L. Garay
Asociación de Amigos y Amigas de la RASD

Sahara. Parte de guerra nº 1

Una semana después del reinicio de las hostilidades armadas en el Sahara Occidental, en el frente de la solidaridad podemos constatar:

La voluntad innegable del Frente Polisario de luchar hasta el final por la independencia y los derechos del pueblo saharaui, a pesar de la diferencia de fuerzas militares, económicas o diplomáticas con sus enemigos. La adhesión unánime, entusiasta y hasta festiva de toda la población saharaui a la movilización contra la agresión marroquí.

La enorme tristeza de las familias originales y de acogida que ven cómo sus hijos se apuntan, con extraña alegría, a la guerra de liberación.

La incapacidad de la ONU para promover la justicia y solucionar los conflictos políticos de forma pacífica.

La hipócrita actitud de la UE que dice defender los derechos humanos y la legalidad internacional mientras promociona el expolio y la represión del pueblo saharaui, a cambio de un incierto control de la emigración y del terrorismo por parte de Marruecos.

El alineamiento del Gobierno español (que es solo uno y no 1 menos 1) con la monarquía marroquí en su intento de perpetuar el colonialismo, el expolio y el régimen represivo para cualquier disidente.

La dificultad de la coalición Unidas Podemos para conjugar declaraciones más o menos solidarias con una política contraria a toda ética y a la legalidad internacional e interna.

El despiste de socialistas que apoyan o no, según les venga, las declaraciones de solidaridad mientras despliegan toda su maquinaria de poder para defender lo indefendible: «No tenemos nada que ver con el conflicto del Sahara Occidental y si participamos en el expolio de bienes, la venta de armas, la asesoría al régimen represivo marroquí, etc. es por el bien de España».

La tibieza inesperada del PNV, incómodo con su socio y cediendo a los intereses comerciales y económicos del gran empresariado vasco en Marruecos, en lugar de hacer caso a sus bases, ahora más huérfanas que los niños y niñas saharauis que no volverán de vacaciones a Euskadi.

La incapacidad de los socios políticos del Gobierno español (el grupo de la moción de censura) para propiciar un cambio profundo en los aspectos oscuros que perviven desde la transición: territorialidad, monarquía, Sahara Occidental, franquismo…

Una ola extraordinaria de solidaridad que atraviesa todo tipo de organizaciones y la inmensa mayoría de los sectores sociales.

La necesidad urgente de organizar todas las fuerzas para forzar a los gobiernos y a las organizaciones internacionales a acabar con la ocupación del Sahara Occidental y devolver al pueblo saharaui todos los derechos que le corresponden, única manera de asegurar una paz real y duradera en toda la región del Magreb.

Permaneceremos atentos a los acontecimientos.

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