Valora positivamente que el gobierno español haya ofrecido el puerto de Valencia pero es cauto: «habrá que ver si este gesto pone encima de la mesa en Bruselas el gran problema de presión migratoria». Justamente, considera que actualmente «la presión migratoria que está teniendo el sur es el problema más importante que tiene Europa».
Preguntado sobre las posibles soluciones, Camps advierte de que «es un problema estructural de profundidad y la solución tardara décadas», pero tiene claro lo que no hay que hacer: «no hay que dar apoyo a los gobiernos autoritarios por puro interés comercial». «Gobiernos y dictaduras a quienes se les presta ayuda para militarizar sus fronteras, a quienes se venden armas y armas significa violencia, violencia significa muerte, muerte huida y persecución, y finalmente tenemos refugiados».
La valoración positiva llega al observar que existe «una red de ciudades que está defendiendo los derechos humanos». Para el director de Proactiva Open Arms lo deseable es que esta red sea cada vez más grande y «pueda influir sobre los gobiernos autonómicos y centrales». Cada ciudadano tiene, asimismo, capacidad de influir, según Camps en dos ámbitos: a la hora de elegir a sus representantes políticos y a la hora de responsabilizarse sobre su consumo.