Jesús Valencia

El olivar de Bardala

La reseña, agradecida con sus anfitriones, se deshace en elogios: «Israel se destaca por ser la única democracia de su entorno, por la convivencia de culturas y religiones, por la igualdad de oportunidades…».

La Federación de Cooperativas Agroalimentarias de Euskadi se ha sacado la espina. Entre el 31 de agosto y el 8 de setiembre realizó el viaje a Israel que «tuvo que ser suspendido en el 2014». Relata el cronista que fueron dos los motivos de la suspensión: el BDS y las «coacciones recibidas por EH Bildu y su entorno».

Es verdad que, antes de que tuviera lugar aquel viaje, la Federación de Cooperativas fue requerida por numerosas organizaciones de Euskal Herria para que lo suspendiera. Entre quienes suscribieron la solicitud se encontraba la Coordinadora de ONGD de Euskadi, siete sindicatos, algunas organizaciones que también son socias de Elikaherria y otras muchas a las que resulta ridículo ubicarlas en el entorno de EH Bildu.

La interpelación de estos organismos estuvo cargada de fuerza; no porque recurrieran a coacciones sino por la consistencia de los argumentos que utilizaron. La pertinacia de la Federación en realizar el viaje y las valoraciones que refleja la crónica del mismo confirman una actitud absolutamente insolidaria con lo que está sucediendo en Palestina. Los motivos del BDS que le fueron expuestos hace cinco años parece que le importan muy poco. Aunque algo debe de incomodarle al cronista a juzgar por el empeño que tiene en deslindar la excursión del contexto político en el que se realizó: conocer los éxitos de las cooperativas israelíes.

Pese al interés de la Federación por despolitizar el viaje, todo él rezuma un escandaloso afán por legitimar el modelo de Israel: «modelo societario que contiene una fuerte carga de ideología socialista y sionista». Respecto al «socialismo israelí», ha sido desde su nacimiento el valedor de las potencias capitalistas en la zona. Su sintonía con EEUU y el apoyo a gobiernos represivos a lo largo del mundo son reflejo de ese modelo societario que encandila a nuestra Federación.

La reseña, agradecida con sus anfitriones, se deshace en elogios: «Israel se destaca por ser la única democracia de su entorno, por la convivencia de culturas y religiones, por la igualdad de oportunidades…». El mismo discurso de cualquier lobby sionista que fue desmontado por quienes, hace cinco años, solicitaron la suspensión del viaje. La modélica democracia que aprecia la Federación ha institucionalizado un denigrante régimen de apartheid. Se ha proclamado como estado nacional judío privando de nacionalidad a quienes no profesan este credo. Construye vías de comunicación privativas de forma que los palestinos no pueden utilizarlas; estos, y solo estos, se ven sometidos a unos controles de carretera férreos e insoportables. En cuanto a la convivencia de culturas y religiones, la segunda intifada se desató cuando Ariel Sharon, rodeado de una espectacular guardia pretoriana, invadió la explanada de las mezquitas. Desde 1967, el barrio árabe de Jerusalén sufre una permanente invasión de colonos.

Habida cuenta de que los setenta visitantes vascos trabajan la tierra, habrán podido ver el muro construido sobre tierras palestinas y que impide a los agricultores árabes acceder a sus campos de cultivo. Los incontables asentamientos disfrutan de tierra y agua que les han sido robadas a los pobladores originarios. Se podría relatar mil casos; concluiré este apunte relatando lo ocurrido en Bardala. Esta aldea está ubicada en el valle del Jordán. Hace unos meses se presentó un importante contingente del ejército israelí y comenzó a destruir los 320 olivos de que disponía una familia palestina. Hussain, el dueño de la propiedad, les pidió que le mostrara la orden judicial en la que se fundamentaba aquel estrago. La respuesta del funcionario israelí fue elocuente: «Yo soy el tribunal y el juez que decide».

Si la Federación de Cooperativas Agroalimentarias quiere volver a fundir en una imagen la ikurriña y la bandera sionista, recuerde los datos que le facilitó hace cinco años la Euskal Herria solidaria con Palestina.

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