El Tribunal Europeo de Derechos Humanos considera que Igor Portu y Mattin Sarasola fueron víctimas de un «tratamiento inhumano y degradante» durante su detención y condena al Estado español ha indemnizarlos con 30.000 y 20.000 euros, respectivamente. El voto particular de tres magistrados va más allá y afirma que los hechos deben ser considerados como «tortura», y no de «trato inhumano».