Tras la última declaración pública de ETA, la última de su historia, los discursos oídos hasta la saciedad se volvieron a repetir: no es suficiente, ha llegado tarde, no era lo que la sociedad vasca esperaba, no habrá impunidad, que colaboren con la justicia para esclarecer los atentados sin resolver, etc, etc.
Irakurriena